martes, 22 de julio de 2014

No hay abrigo para el frío de estos huesos


Levitar al abrigo de la Luna
donde en el filo hilo de su luz
mi sombra no encuentra cobijo
sombra mia,ni a un horizonte llegada
tan consentida,de veras que la conciencia lo admite y me libera.

Me apuesto,encogida de hombros
cuanto de serena se quede mi alma
perdi ya la cuenta enredando los dedos en canosos mechones
entre susurros y quejidos
que callen un instante..ya es orden desquiciada
envolviendome en sabanas blancas.

Ciegan tanto los parpados
permitidos a no derramar tempestades en mis mejillas
cubriendome con mis palidas manos ,sellando mis labios.
Sin mas piedad..para que..envuelta en el aire viciado.

De todo rincon que me de sustento
de cualquier esquina
retorcida mi sombra en mi
caigo..a cuenta gotas,que regresa mi dolida alma.
Y la luz,alumbra una verdad sinuosa
a los oidos susurrada,se revela
que callen un instante..haciendo de este silencio un eterno.

A ciegas..me apuesto encogiendo mis hombros
cuanto pude esperar sin querer partir
callad!
las voces me tientan
entra en mi la calma
las paredes crujen y la nada no duele
el silencio ya es el todo.
Inguma